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Impose Sanctions on Maduro Regime
By Senator Marco Rubio
Miami Herald
May 8, 2014
http://hrld.us/RsRN7o

This week, the U.S. Senate will focus its attention on the ongoing political crisis in Venezuela, its government’s violent repression of peaceful demonstrations, and actions the U.S. government should take to confront the corruption and human rights abuses that are central to the regime’s governing philosophy.  

Today, President Nicolás Maduro’s Venezuela is plagued by the second highest murder rate in the world, rampant corruption and cronyism related to state assets, a 57 percent inflation rate that some suggest is actually higher, a junk rating on the global bond markets, and unprecedented scarcity of basic goods, even for toilet paper.  

So scarce are basic goods that, in addition to Maduro’s direct assault on press freedom — through censorship, expulsions, intimidation and nationalizations of once independent entities — silencing the media is now easier in Venezuela because of a lack of paper on which newspapers can be printed.  

Despite its vast energy resources, well-educated population and democratic past, Venezuela is now a failing state. In fact, Venezuela’s government long ago ceased to be a democracy, by failing to live up to its responsibilities under the Inter-American Democratic Charter which it has signed.  

Since February 4, Venezuelans have protested the lack of economic opportunity, public safety, freedom and basic needs in Maduro’s Venezuela, only to be met with brutal state-sanctioned violence. Maduro has hailed his efforts at “building a new national police force, strengthening community-police cooperation and revamping our prison system.”  

What he fails to say is that this police force has been unleashed on innocent demonstrators, that this “community-police cooperation” consists of nothing but government-affiliated armed gangs that roam the streets on motorcycles looking for government opponents to beat and kill, and that this prison system now houses several political prisoners, including Leopoldo López.  

To date, the government’s barbaric repression has resulted in at least 41 deaths that we know of, more than 2,519 detentions, and at least 80 documented cases of torture. Several of these atrocities are being committed by the Venezuelan National Guard, a component of the Venezuelan Armed Forces, as well as paramilitary elements of the so-called “People’s Guard” that is closely affiliated with the National Guard.  

There are additional reports of government-affiliated armed thugs, as well as Cuban intelligence officials and operatives, working on behalf of the Maduro government to intimidate opposition members and carry out attacks against protesters.  

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RUBIO: JUNTO AL PUEBLO DE VENEZUELA

Junto al pueblo de Venezuela
Por Senador Marco Rubio
El Nuevo Herald
8 de mayo de 2014
http://hrld.us/1jCiuB5

Hoy, el Senado de EEUU le dará prioridad a la crisis política en Venezuela, la violenta represión del gobierno en contra de las manifestaciones pacíficas, y las acciones que deberá tomar el gobierno de EEUU para enfrentar la corrupción y estos abusos a los derechos humanos que son parte fundamental de la filosofía del régimen.  

En la actualidad, la Venezuela bajo el presidente Maduro se caracteriza por tener la segunda tasa más alta de homicidios en el mundo, una corrupción desmedida junto a uso personal de los bienes del estado, una inflación del 57 por ciento que algunos sugieren puede ser aún más alta, una valoración mínima en el mercado de inversiones global, y una marcada escasez de productos básicos, hasta de papel higiénico.  

La escasez de productos básicos es tal, que agregada al ataque frontal de Maduro contra la libertad de prensa –a través de la censura, la expulsión, la intimidación, y la nacionalización de entidades que una vez fueran independientes– silenciar a los medios se ha hecho más fácil en Venezuela debido a la falta del papel que utilizan los periódicos para imprimir.  

A pesar de su vasta riqueza energética, una población bien educada y una historia democrática, Venezuela es un estado en decadencia. De hecho, el gobierno venezolano hace mucho tiempo que dejó de ser una democracia al no cumplir con sus responsabilidades bajo la Carta Democrática Interamericana, de la cual es signatario.  

Desde el 4 de febrero, los venezolanos han protestado por la falta de oportunidades económicas, seguridad pública, por la libertad y por las necesidades básicas en Venezuela bajo Maduro, solamente para enfrentarse con una violencia brutal avalada por el estado. Maduro ha exaltado sus esfuerzos de “construir una policía nacional nueva, reforzando la cooperación entre comunidad y policía y la reestructuración de nuestro sistema penitenciario”. Lo que él no dice es que esta fuerza policial se ha desatado en contra de manifestantes inocentes, que esa “cooperación de comunidad-policía” no es otra cosa que grupos de pandilleros armados por el gobierno que deambulan por las calles en sus motos en busca de opositores del gobierno para atacarlos y matarlos, y que ese sistema de prisiones ahora sirve de hogar a prisioneros políticos, incluyendo a Leopoldo López.  

Hasta la fecha, la bárbara represión del gobierno ha causado al menos 41 muertos que sepamos, más de 2,519 detenidos y hay por lo menos 80 casos documentados de torturados. Varias de estas atrocidades las han cometido miembros de la Guardia Nacional venezolana, un componente de las fuerzas armadas. Hay reportes adicionales de relaciones entre el gobierno y pandilleros armados, así como de oficiales y operadores de la inteligencia cubana que están trabajando a nombre del gobierno de Maduro para intimidar a los miembros de la oposición y llevar a cabo sus ataques contra los que protestan.  

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